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Club de Lectura: Los siete locos - Roberto Arlt

En el mes de noviembre, en el club de lectura virtual de la Biblioteca Sarmiento leímos "Los siete locos" de Roberto Arlt. A continuación, dejo un resumen de todo lo que comentamos.

En caso de que quieran participar en futuras lecturas, deben enviar un mail a clubdelectura@bibliotecasarmiento.com.ar



El autor

Roberto Godofredo Christophersen Arlt nació en Buenos Aires el 2 de abril de 1900. Era hijo de Karl Arlt y Ekatherine Lostraibitzer, una pareja de inmigrantes pobres. Su infancia transcurrió en el barrio porteño de Flores, bajo la estricta educación de su padre.

A los diecisiete años se va de su casa y realiza todo tipo de trabajos para poder sobrevivir: pintor de brocha gorda, ayudante en una librería, aprendiz de hojalatero, peón en una fábrica de ladrillos y estudiante fracasado de la Escuela de Mecánica de la Armada. Quienes han leído “El juguete rabioso” encontrarán varias similitudes entre Arlt y el joven protagonista de la novela: Silvio Astier.

En 1922 inicia su carrera como periodista escribiendo para el diario Patria, el cual pertenecía a la Liga Patriótica Argentina (organización paramilitar, católica y ultraderechista) por lo que su colaboración fue más bien breve. Años después escribiría para Izquierda, Extrema Izquierda y Ultima Hora.

Entre 1920 y 1930 se acercó al Grupo Boedo(1) lo que le permitió publicar en la Editorial Claridad.

En 1926 publica su primera novela, El juguete rabioso. En esa época también trabaja para la revista Mundo Argentino y los diarios El Mundo, Crítica y La Nación.

En 1929 publica Los siete locos, además de algunos cuentos y sus aguafuertes(2). En 1931 sale Los lanzallamas, segunda y última parte de Los siete locos. Y un año después publica su última novela, El amor brujo.

Pero Roberto Arlt no solo se dedicaba a escribir, también era inventor. Formó una sociedad con el actor Pacual Naccaratti e instalaron un pequeño laboratorio químico, aunque sus proyectos no tuvieron éxito.

El 26 de julio de 1942, Arlt muere en Buenos Aires de un paro cardíaco.

La obra de Roberto Arlt fue duramente criticada durante la primera mitad del siglo XX. Con los años, diferentes escritores han sabido revalorizar su estilo literario y hoy en día es posible reconocer su influencia en la literatura argentina.

En sus relatos podemos observar una clara descripción de los sectores marginados de la sociedad, en la que se incluyen los inmigrantes. Describe con particular belleza los distintos escenarios de un Buenos Aires divido y logra transmitir la desigualdad imperante en la sociedad. Al leer sus novelas podemos encontrar, tristemente, muchas similitudes con nuestra realidad, lo cual nos permite reflexionar sobre nuestra incapacidad como sociedad para generar un cambio que perdure en el tiempo.


Los siete locos

Esta novela se puede caracterizar dentro del realismo(3) y naturalismo(4), también hay que destacar la mirada anarquista que promueve una revolución. Arlt intenta plasmar la disconformidad de la época y la pérdida de valores.

Los personajes están unidos por la angustia, por la pérdida de fe en un futuro mejor. Aparecen temas recurrentes en la vida de cualquier persona: búsqueda de un sentido/propósito, injusticia, humillación…


Contexto histórico político

Comienza con el proyecto liberal-burgués de 1880 y continúa con la crisis de la República Radical (1930) y la aparición de los militares en el escenario político (con la revolución militarista de Uriburu que depuso al Presidente Hipólito Yrigoyen). También hay que tener en cuenta el fenómeno de la inmigración y sus consecuencias, conflictos ideológicos y de clase, la relación con la cultura europea y la crisis capitalista de finales de la década de 1920.

Argentina finaliza el siglo XIX sentando nuevas bases para la modernidad del siglo venidero: se establece la República Unificada; Buenos Aires se convierte en la capital federal de la República; el proceso de urbanización y ocupación de ciudades (invitación hecha a los inmigrantes por el Ley de Colonización de 1876 que atrajo a los campesinos europeos pobres a busca riquezas y una vida mejor). Fue el proyecto político del liberalismo que pretendía incorporar al país al desarrollo capitalista, vinculándolo activamente al mercado europeo.

El estímulo para la ocupación del campo se reduce y se concentra en las ciudades, lo cual provoca serios problemas habitacionales. Se crean los famosos conventillos, casas antiguas con muchas habitaciones. En estos lugares viven personas de diferentes nacionalidades y los idiomas se van mezclando.

El crecimiento de las ciudades y las relaciones económicas y sociales con Europa configura una nueva cultura, nuevos gustos y modas, una nueva arquitectura y distribución social de la riqueza y el trabajo. Buenos Aires fue el principal beneficiario de este nuevo desarrollo económico, y se produjo una separación muy notable entre clases sociales. Por un lado, una minoría educada y adinerada con gustos y modas europeas. Por otro, un gran sector empobrecido (incluyendo inmigrantes) que de a poco se fueron unificando en torno a ideas socialistas. Los ideales anarquistas también comenzaron a fomentar las primeras luchas sociales. 

En 1916 se instaura por primera vez un sistema de democracia popular. La Unión Cívica Radical triunfa y toma el poder un presidente elegido en elecciones libres, con voto secreto y obligatorio: Hipólito Yrigoyen. Se llega así a la década del veinte, años vanguardistas, años de Boedo y de Florida, años también del primer yrigoyenismo. 

El período de la República Radical terminó en 1930, con un golpe militar liderado por el general José Félix Uriburu, y la llamada década infame, marcada por medidas políticas totalitarias y un modelo agroexportador económico. Mientras tanto, varios políticos se sucedieron en la presidencia y los rasgos que caracterizan el avance del progreso: movimiento migratorio a las ciudades y su crecimiento; construir un cinturón industrial alrededor de la capital; alentar exportaciones; determinación de ajustarse a los intereses del capital extranjero; constitución de una vigorosa clase media de oficinistas, pequeños propietarios y comerciantes. La particularidad es que una de las pautas de la política conservadora fue cerrar el país a la inmigración. El período termina con un nuevo golpe de Estado de 4 de julio de 1943. 

Capítulo primero

La sorpresa

“Quería decirles algo, no sabía cómo, pero algo que les diera a comprender a ellos toda la desdicha inmensa que pesaba sobre su vida; y permanecía así, de pie, triste, con el cubo negro de la caja de hierro ante los ojos, sintiendo que a medida que pasaban los minutos su espalda se arqueaba más, mientras que nerviosamente retorcía el ala de su sombrero negro, y la mirada se le hacía más huida y triste.” (p.12)

Erdosain se siente aislado de todos, no logra comunicarse. Esto es una constante en toda la novela, lo cual nos marca el desamparo en el que se encuentra este personaje.


Estados de conciencia

Sabía que era un ladrón. Pero la categoría en que se colocaba no le interesaba. Quizá la palabra ladrón no estuviera en consonancia con su estado interior. Existía otro sentimiento y ése era el silencio circular entrado como un cilindro de acero en la masa de su cráneo, de tal modo que lo dejaba sordo para todo aquello que no se relacionara con su desdicha.

Este círculo de silencio y de tinieblas interrumpía la continuidad de sus ideas, de forma que Erdosain no podía asociar, con el declive de su razonamiento, su hogar llamado casa con una institución designada con el nombre de cárcel. Pensaba telegráficamente, suprimiendo preposiciones, lo cual es enervante. Conoció horas muertas en las que hubiera podido cometer un delito de cualquier naturaleza, sin que por ello tuviera la menor noción de su responsabilidad.

Lógicamente, un juez no hubiera entendido tal fenómeno. Pero él ya estaba vacío, era una cáscara de hombre movida por el automatismo de la costumbre. Si continuó trabajando en la Compañía Azucarera no fue para robar más cantidades de dinero, sino porque esperaba un acontecimiento extraordinario — inmensamente extraordinario— que diera un giro inesperado a su vida y lo salvara de la catástrofe que veía acercarse a su puerta.

Esta atmósfera de sueño y de inquietud que lo hacía circular a través de los días como un sonámbulo, la denominaba Erdosain, «la zona de la angustia».” (

(…)

Esta zona de angustia era la consecuencia del sufrimiento de los hombres. Y como una nube de gas venenoso se trasladaba pesadamente de un punto a otro, penetrando murallas y atravesando los edificios, sin perder su forma plana y horizontal (…)”(p.13) 

Erdosain no logra identificarse con la figura de un ladrón, sostiene que esa conciencia le es ajena. Como si hubiera estado actuando, cumpliendo un determinado papel que ahora le es extraño.

En este apartado intenta explicar su angustia, ese sentimiento que lo envuelve y no lo libera sin importar lo que haga. Se describe como un ser vacío que vive por inercia, no tiene un propósito. Por eso menciona la espera de un acontecimiento extraordinario que lo salve. En definitiva, está esperando que algo externo lo libere del continuo padecimiento.

La “zona de la angustia” es donde se encuentran tanto él como el resto de los personajes de la novela. No es un lugar físico sino más bien un estado mental y espiritual; lo compara con una nube de gas venenoso que cubre todo porque está presente en la mayoría de las personas y las enferma.


Aquí también se pregunta por el sentido de la vida y por su alma. Menciona la injusticia y explotación laboral, la figura del empleado que solo es visto como una herramienta…


El terror en la calle

Ensoñaciones y reproches. Erdosain reflexiona sobre su vida y siente remordimiento por cómo hace sufrir a su esposa. En varias ocasiones se muestra este lado de Remo: un esposo preocupado por la mujer que ama pero que no sabe cómo modificar su situación. 


Un hombre extraño

Aparece Ergueta, el farmacéutico. Este hombre delira con ser un enviado de Dios, cree tener el propósito divino de mostrar a otros sus pecados. Nos muestra al típico personaje que dice que está para ayudar a otros pero que en realidad no hace nada, solo vive una mentira.


Se menciona un hecho que podría pasarse por alto pero que es importante. Ergueta le dice a Erdosain que su esposa fue despreciada por haber sido sirvienta, una clara demostración de la discriminación que sufrían (y aún sufren) las clases más bajas. 


“Un tipo angustiado no sabe lo que hace” (p.20) Erdosain intenta justificar el robo. De algún modo es posible justificarlo porque estaba perdido, el hecho de no haber aprovechado el dinero para cubrir sus necesidades y las de su esposa demuestra que no estaba pensando realmente.


El odio

Describe el odio que le tiene a Barsut, el primo de su esposa. Lo interesante que no sabe explicar bien los motivos de ese odio, solo sabe que no tolera su presencia y que Barsut opina del mismo modo respecto a él. Se presenta una situación en la cual “dos hombres que se desprecian se toleran por razones independientes de sus voluntades”. (p.20)


Los sueños del inventor

“Si alguien le hubiera anticipado a Erdosain, que horas después tramaría el asesinato de Barsut y que asistiría casi impasiblemente a la fuga de su esposa, no lo hubiera creído.” (p.26)

Arlt nos adelanta algunos hechos. Esto provoca mayor curiosidad e interés en el lector, es una buena técnica para ‘obligar’ la lectura.


Erdosain imagina que su vida cambia gracias a un millonario melancólico y taciturno que siente compasión por él. Su sueño de ser inventor y de que lo reconozcan por sus creaciones por un momento parece posible. Este tipo de ensoñación también lo encontramos en la novela “El juguete rabioso”, donde el personaje principal también sueña con ser inventor. Podríamos pensar que Arlt quiso transmitir su pasión frustrada en estas novelas.


El Astrólogo

Aparecen dos personajes: el Astrólogo, un hombre que quiere crear una sociedad secreta para provocar una revolución; y Arturo Haffner (el Rufián Melancólico), un hombre que se gana la vida como proxeneta.


No sé si nuestra sociedad será bolchevique o fascista. A veces me inclino a creer que lo mejor que se puede hacer es preparar una ensalada rusa que ni Dios la entienda. Creo que no se me puede pedir más sinceridad en este momento. Vea que por ahora lo que yo pretendo hacer es un bloque donde se consoliden todas las posibles esperanzas humanas. Mi plan es dirigirnos con preferencia a los jóvenes bolcheviques, estudiantes y proletarios inteligentes. Además, acogeremos a los que tienen un plan para reformar el universo, a los empleados que aspiran a ser millonarios, a los inventores fallados —no se dé por aludido, Erdosain—, a los cesantes de cualquier cosa, a los que acaban de sufrir un proceso y quedan en la calle sin saber para qué lado mirar...”(p.31)

El Astrólogo dice que no le importan las inclinaciones políticas de quienes conformen su sociedad secreta, solo busca un grupo de personas que quieran cambiar el mundo. Es bastante tentador porque simula igualdad, parece que realmente le interesa hacer del mundo un lugar mejor pero luego sabemos que no es ese el verdadero objetivo.


Erdosain confiesa que necesita ayuda para devolver el dinero que robó. Cuando le preguntan por qué lo hizo, no sabe explicar los motivos y solo atina a decir que la angustia lo llevó a actuar así. “Uno roba, hace macanas porque está angustiado” (p.33)


“Mi político, mi alumno político en la sociedad será un hombre que pretenderá conquistar la felicidad mediante la industria. Este revolucionario sabrá hablar tan bien de un sistema de estampado de tejidos como de la desmagnetización de un acero. Por eso lo estimé a Erdosain en cuanto lo conocí. Tenía mi misma preocupación. Usted recuerda cuántas veces hablamos de la coincidencia de nuestras miras. Crear un hombre soberbio, hermoso, inexorable, que domina las multitudes y les muestra un porvenir basado en la ciencia. ¿Cómo es posible de otro modo una revolución social? El jefe de hoy ha de ser un hombre que lo sepa todo. Nosotros crearemos ese príncipe de sapiencia. La sociedad se encargará de confeccionar su leyenda y extenderla. Un Ford o un Edison tienen mil probabilidades más de provocar una revolución que un político. ¿Usted cree que las futuras dictaduras serán militares? No, señor. El militar no vale nada junto al industrial. Puede ser instrumento de él, nada más. Eso es todo. Los futuros dictadores serán reyes del petróleo, del acero, del trigo. Nosotros, con nuestra sociedad, prepararemos ese ambiente. Familiarizaremos a la gente con nuestras teorías. Por eso hace falta un estudio detenido de propaganda. Aprovechar los estudiantes y las estudiantas. Embellecer la ciencia, acercarla de tal modo a los hombres que de pronto...” (p.35-36)

Es fácil notar que el Astrólogo se propone manipular a las personas. Utilizará diferentes medios para seducir a la gente, en especial a los jóvenes. Se propone a la ciencia y la industria como el medio adecuado para obtener la felicidad. 

Es interesante que plantee con mucha seguridad que en un futuro habrá una dictadura. Pero dice que no serán militares sino industriales: las industrias tendrán el control de la sociedad. El papel que cumpliría la sociedad secreta que está conformando, sería el de preparar a las personas para ese futuro régimen autoritario, para que lo acepten sin problemas y les parezca normal…para que incluso lleguen a desearlo.


Las opiniones del rufián melancólico

“Amigo, a la mujer de la vida no hay que tenerle lástima. No hay mujer más perra, más dura, más amarga que la mujer de la vida. No se asombre, yo las conozco. Sólo a palos se las puede manejar. Usted cree como el noventa por ciento que el cafishio es el explotador y la prostituta la víctima. Pero dígame: ¿para qué precisa una mujer todo el dinero que ella gana? Lo que no han dicho los novelistas es que la mujer de la vida que no tiene hombre anda desesperada buscando uno que la engañe, que le rompa el alma de cuando en cuando y que le saque toda la plata que gana, porque es así de bestia. Se ha dicho que la mujer es igual al hombre. Mentiras. La mujer es inferior al hombre. Fíjese en las tribus salvajes. Ella es la que cocina, trabaja, hace todo, mientras que el macho va de caza o a guerrear. Lo mismo pasa en la vida moderna. El hombre, salvo ganar dinero, no hace nada. Y créame, mujer de la vida a la que no se le saca el dinero, lo desprecia. Sí, señor, en cuanto le empieza a tomar cariño, lo primero que desea es que le pidan... Y qué alegría la de ella el día que usted le dice: «Ma chérie», ¿podes prestarme cien pesos? Entonces esa mujer se desata, está contenta. Al fin la sucia plata que gana le sirve para algo, para hacer feliz a su hombre. Claro, los novelistas no han escrito esto. Y la gente nos cree unos monstruos, o unos animales exóticos, como nos han pintado los saineteros. Pero venga a vivir a nuestro ambiente, conózcalo, y se va a dar cuenta de que es igual al de la burguesía y al de nuestra aristocracia. La mantenida desprecia a la mujer de cabaret, la mujer de cabaret desprecia a la yiranta, la yiranta desprecia a la mujer de prostíbulo, y, cosa curiosa, así como la mujer que está en un prostíbulo elige casi siempre como hombre a un sujeto de avería, la de cabaret carga con un niño bien o un doctor atorrante para que la explote. ¿La psicología de la mujer de la vida? Está encerrada en estas palabras, que me decía llorando una mujercita a quien largó un amigo mío: «Encoré avec mon cul je peu soutenir un homme». Eso no lo sabe la gente ni los novelistas. Un proverbio francés ya lo dice: «Gueuse seule ne peut pas mener son cul».

(…) la mujer, sea o no honrada, es un animal que tiende al sacrificio. Ha sido construida así. ¿Por qué cree usted que los padres de la Iglesia despreciaban tanto a la mujer? La mayoría de ellos habían vivido como grandes bacanes y sabían qué animalita es. Y la de la vida es peor aún. Es como una criatura: hay que enseñarle de todo.” (p.37-38)

El Rufián Melancólico representa el machismo de la sociedad, las ideas que ponen a la mujer en una posición de inferioridad. Se muestra el maltrato y explotación que existe hacia las trabajadoras sexuales, quienes son vistas solo como un medio para obtener dinero. Además, intenta destruir las ideas que tiene Erdosain sobre las mujeres. Le marca que la vida no es como la cuentan los novelistas, sabiendo que Remo es un hombre que tiende a imaginar escenarios propios de la ficción.

Se menciona a la Iglesia como referencia, una institución que también ve a la mujer como ser inferior. No debe sorprendernos que en aquellos años se multiplicaran este tipo de ideas porque en la historia de la humanidad hay infinidad de ejemplos de cómo las mujeres fueron catalogadas como inferiores, incluso se decía que no tenían alma. Afortunadamente, hemos avanzado mucho en ese tema, pero nos queda un largo camino aún.


“—¿Para usted la vida no tiene sentido?

—Absolutamente ninguno. Nacemos, vivimos, morimos, sin que por eso dejen las estrellas de moverse y las hormigas de trabajar.”(p.40)


Uno de los tantos fragmentos donde se plantea la pregunta sobre el sentido de la vida. Aquí podríamos cuestionar lo que dice El Rufián, porque si bien es cierto que somos simples mortales que no significan nada al lado de la magnitud del universo, bien podemos hacer algo de valor por más mínimo que sea. Que no seamos eternos no significa que nuestras vidas no tengan sentido.


La sociedad actual se basa en la explotación del hombre, de la mujer y del niño. Vaya, si quiere tener conciencia de lo que es la explotación capitalista, a las fundiciones de hierro de Avellaneda, a los frigoríficos y a las fábricas de vidrio, manufacturas de fósforos y de trabajo. —Reía desagradablemente al decir estas cosas—. Nosotros, los hombres del ambiente, tenemos a una, a dos mujeres; ellos, los industriales, a una multitud de seres

humanos. ¿Cómo hay que llamarles a esos hombres? ¿Y quién es más desalmado, el dueño de un prostíbulo o la sociedad de accionistas de una empresa? Y sin ir más lejos, ¿no le exigían a usted que fuera honrado con un sueldo de cien pesos y llevando diez mil en la cartera?.” (p.41)

La crítica al sistema capitalista también es tema recurrente en la novela. En este caso, El Rufián intenta comparar a las grandes industrias con los proxenetas. Resulta bastante acertada esta comparación, en especial si pensamos que tanto las ‘mujeres de la vida” como la clase trabajadora son vistos como meros engranajes de una gran maquinaria.


El humillado

“El aburrimiento, la angustia... ¿no se ha fijado usted que éstos parecen los tiempos de tribulación de que habla la Biblia? Así los nombra un amigo mío que se ha casado con una coja. La coja es la ramera de las Escrituras...

—Nunca me di cuenta de eso.

—En cambio yo sí. A usted le parecerá extraño que le hable de sufrimientos en estas circunstancias... pero es así... los hombres están tan tristes que tienen necesidad de ser humillados por alguien.

—Yo no veo tal cosa.

—Claro, usted con su sueldo... ¿Qué sueldo gana usted? ¿Quinientos?

—Más o menos.

—Claro, con ese sueldo es lógico...

—¿Qué es lógico?

Que no sienta su servidumbre.” (p.45)

En este diálogo se plantea cómo tener dinero elimina ciertas preocupaciones y al mismo tiempo impide ver la realidad. No es que el dinero automáticamente nos vuelva ciegos, pero es más difícil que identifiquemos lo que está mal en la sociedad. O, en el peor de los casos, tendemos a ignorar los problemas del entorno ya que no nos afectan directamente. 


—Sí, puede ser que tenga talento, pero me falta vida... entusiasmo... algo que sea

como un sueño extraordinario... una mentira grande que empuje la realización... (p.46)

Esto hay que relacionarlo con lo que dice el Astrólogo. Una mentira puede hacer que las personas tengan fe, que se movilicen, que crean que su vida puede cambiar.


“Sí, mi vida ha sido horriblemente ofendida... humillada. Créalo, capitán. No se impaciente. Le voy a contar algo. Quien comenzó este feroz trabajo de humillación fue mi padre. Cuando yo tenía diez años y había cometido alguna falta, me decía: «Mañana te pegaré». Siempre era así, mañana... ¿Se dan cuenta?, mañana... Y esa noche dormía, pero dormía mal, con un sueño de perro, despertándome a media noche para mirar

asustado los vidrios de la ventana y ver si ya era de día, mas cuando la luna cortaba de barrote del ventanillo, cerraba los ojos, diciéndome: falta mucho tiempo. Más tarde me despertaba otra vez, al sentir el canto de los gallos. La luna ya no estaba allí, pero una claridad azulada entraba por los cristales, y entonces yo me tapaba la cabeza con las sábanas para no mirarla, aunque sabía que estaba allí... aunque sabía que no había fuerza humana que pudiera echarla a esa claridad. Y cuando al fin me había dormido para mucho tiempo, una mano me sacudía la cabeza en la almohada. Era él que me decía con voz áspera: «Vamos... es hora». Y mientras yo me vestía lentamente, sentía que en el patio ese hombre movía la silla. «Vamos», me gritaba otra vez, y yo, hipnotizado, iba en línea en línea recta hacia él: quería hablar, pero eso era imposible ante su espantosa mirada. Caía su mano sobre mi hombro obligándome a arrodillarme, yo apoyaba el pecho en el asiento de la silla, tomaba mi cabeza entre sus rodillas y, de pronto, crueles latigazos me cruzaban las nalgas. Cuando me soltaba, corría llorando a mi cuarto. Una vergüenza enorme me hundía el alma en las tinieblas. Porque las tinieblas existen aunque usted no lo crea.(…) Toda la clase se echó a reír, y desde ese día me llamaron Erdosain «el imbécil». Y yo, más triste, sintiéndome más ofendido que nunca, callaba por temor a los latigazos de mi padre, sonriendo a los que me insultaban... pero tímidamente. ¿Se da cuenta, capitán? Lo insultan a usted... y usted todavía sonríe tímidamente, como si le hicieran un favor al injuriarlo.” (p.49-50)

Un recuerdo de su infancia devela que su infancia no fue agradable. Quien debía darle seguridad se convirtió en el símbolo del miedo y por eso, con los años se convirtió en un hombre que inconscientemente buscaba la humillación. Este fragmento nos lleva a pensar en la importancia de tener un entorno agradable, y en cómo puede afectar el maltrato.


En este apartado Erdosain descubre que su esposa lo engañaba y es abandonado. Todo lo que él creía real se desvanece y nuevamente se siente humillado y despreciado. 

La esposa, Elsa, se presenta como una mujer que aguantó por mucho tiempo la pobre vida que su marido podía ofrecerle; casi que podríamos compadecernos de su sufrimiento. Pero después sabemos que la realidad era otra y que nunca amó realmente a Erdosain.


Capas de oscuridad

“El tiempo dejó de existir para Erdosain. Cerró los ojos obedeciendo a la necesidad de dormir que reclamaban sus entrañas doloridas. De tener fuerzas se hubiera arrojado a un pozo. Borbotones de desesperación se apelotonaban en su garganta asfixiándolo, y los ojos se le volvieron más sensibles para la oscuridad que una llaga a la sal. A instantes rechinaba los dientes para amortiguar el crujir de los nervios enriquecidos dentro de su carne que se abandonaba, con flojedad de esponja, a las olas de tinieblas que deyectaban su cerebro.

Tenía la sensación de caer en un agujero sin fondo y apretaba los párpados cerrados. No terminaba de descender, ¡quién sabe cuántas leguas de longitud invisible tenía su cuerpo físico, que no acababa de detener el hundimiento de su conciencia amontonada ahora en un erizamiento de desesperación! De sus párpados caían sucesivas capas de oscuridad más densa. 

Su centro de dolor se debatía inútilmente. No encontraba en su alma una sola hendidura por donde escapar. Erdosain encerraba todo el sufrimiento del mundo, el dolor de la negación del mundo. ¿En qué parte de la tierra podía encontrarse un hombre que tuviera la piel erizada de más pliegues de amargura? Sentía que no era ya un hombre, sino una llaga cubierta de piel, que se pasmaba y gritaba a cada latido de sus venas. Y sin embargo, vivía. Vivía simultáneamente en el alejamiento y en la espantosa proximidad de su cuerpo. El ya no era ya un organismo envasando sufrimientos, sino algo más inhumano... quizá eso... un monstruo enroscado en sí mismo en el negro vientre de la pieza. Cada capa de oscuridad que descendía de sus párpados era un tejido placentario que lo aislaba más y más del universo de los hombres. Los muros crecían, se elevaban sus hiladas de ladrillos, y nuevas cataratas de tinieblas caían a ese cubo donde él yacía enroscado y palpitante como un caracol en una profundidad oceánica. No podía reconocerse... dudaba que él fuera Augusto Remo Erdosain. Se apretaba la frente entre la yema de los dedos, y la carne de su mano le parecía extraña y no reconocía la carne de su frente, como si estuviera fabricado su cuerpo de dos substancias distintas.”(p.54)

Descripción de lo que siente luego de ser abandonado. La mención al vacío, una oscuridad que lo atrae…todo refiere al dolor y la angustia.

También aparece la idea de un cuerpo extraño, separado o desligado de una conciencia. Es la pérdida del yo interior, pérdida de la identidad; no sabe quién es. Parece ser el inicio de una depresión.

Lo que Erdosain está sufriendo es en parte resultado de la sociedad a la cual pertenece. Pero no por eso nos resulta ajeno, las crisis de identidad también son algo frecuente en nuestra época. Cuando una persona atraviesa por esto, cuestiona su existencia y tiene sentimientos de vacío y soledad. Si cuenta con alguien que sepa brindarle apoyo y una correcta guía esa persona superará los temores, caso contrario se hundirá aún más.


Otra cosa que sucede en esta parte de la novela es que Erdosain imagina a su esposa con otro hombre. El dolor es innegable, no solo porque se siente traicionado sino porque otra vez es humillado. Su virilidad ha sido atacada, se siente desplazado y blanco de burlas.


La bofetada

Barsut confronta a Erdosain y le confiesa de dónde surge el odio que tiene hacia él. Dice que deseaba vengarse de él y de su esposa que siempre lo hacían sentir inferior. 

Aquí Arlt también nos adelanta acciones futuras al decir que Erdosain planeará el asesinato de Barsut y que utilizará el dinero de este para hacer realidad la sociedad secreta que propone el Astrólogo. 

¿De dónde proviene la idea del asesinato? En primer lugar, del odio que siente Remo al conocer a quién delató su robo en la Azucarera. En segundo lugar, de la necesidad de castigar a quien lo está humillando, como si Barsut representara a todas las personas que lo han lastimado. Y…hay otra razón que descubrimos en “Ser” a través de un crimen.


“Ser” a través de un crimen

“¿Es cierto que quiero matarlo? ¿O es que quiero tener la voluntad de sentir el deseo de matarlo? (…)

¿Y ésta es la vida? ¡Estar perdidos, siempre perdidos! ¿Pero yo seré realmente el que soy? ¿O seré otro? ¡La tristeza! ¡vivir con extrañeza! Esto es lo que me pasa. (…) 

¿Matarlo o no matarlo? ¿Qué me importa esto a mí? ¿Me importa matarlo?

Seamos sinceros. ¿Me importa matarlo? ¿O es que no me importa nada? ¿Que me da igual que viva? Y sin embargo quiero tener voluntad de matarlo

(…)

Yo mismo estoy descentrado, no soy el que soy, y, sin embargo, algo necesito hacer para tener conciencia de mi existencia, para afirmarla. Eso mismo, para afirmarla. Porque yo soy como un muerto. No existo ni para el capitán ni para Elsa, ni para Barsut. Ellos si quieren pueden hacerme meter preso, Barsut abofetearme otra vez, Elsa irse con otro en mis barbas, el capitán llevársela nuevamente. Para todos soy la negación de la vida. Soy algo así como el no ser. Un hombre no es como acción, luego no existe. ¿O existe a pesar de no ser? Es y no es.

(…)

Ver cómo soy a través de un crimen. Eso, eso mismo. Ver cómo se comporta mi conciencia y mi sensibilidad en la acción de un crimen.(…) sólo el crimen puede afirmar mi existencia, como sólo el mal afirma la presencia del hombre sobre la tierra.” (p.66-67)

La otra razón que tiene Erdosain para matar a Barsut es afirmar su existencia. Como si mediante una acción que va en contra de la moral lograra descubrir quién es en realidad, el crimen le permitiría descubrir al verdadero Erdosain.

Para entender mejor lo que se plantea, pensemos en lo que dijo Kant respecto a la obediencia del ser humano. Nos pasamos gran parte de nuestras vidas obedeciendo, sin cuestionar las figuras de autoridad que nos rodean. Obedecemos porque queremos evitar algún castigo (religioso, jurídico o cultural) o porque queremos recibir una recompensa por nuestros actos. Por supuesto, este comportamiento es necesario para vivir en sociedad pero puede resultar perjudicial si nunca nos cuestionamos aquello que obedecemos, ya que este cuestionamiento es parte del proceso de conocernos y de desarrollar nuestras propias virtudes.

Vale la pena aclarar que en este caso Erdosain está pensando en asesinar a alguien, algo que desde cualquier punto de vista está mal. Lo que importa no es el hecho, sino que se plantea la posibilidad de ir contra las normas como parte de un proceso de autodescubrimiento.

También existe la posibilidad de ya no ser ignorado por los otros. El crimen haría que la sociedad por fin lo vea.


La propuesta

“(…)y si soportamos todo es porque creemos que soportando o procediendo como lo hacemos llegaremos por fin hasta la verdad... es decir, a la verdad de nosotros mismos. (…) 

La humanidad ha perdido sus fiestas y sus alegrías. ¡Tan infelices son los hombres que hasta a Dios lo han perdido! Y un motor de 300 caballos sólo consigue distraerlos cuando lo pilotea un loco que se puede hacer pedazos en una cuneta. El hombre es una bestia triste a quien sólo los prodigios conseguirán emocionar. O las carnicerías.” (p.71-72)

“—¿Y usted no tiene miedo de tener remordimientos después que «eso» suceda?

—Vea, yo creo que eso sólo ocurre en las novelas. En la realidad yo he hecho acciones malas y buenas y ni en un caso ni en el otro he sentido ni la mayor alegría ni el menor remordimiento. Yo creo que se ha dado en llamar remordimiento el temor al castigo.” (p-73)

Nuevamente aparece la idea de que actuamos en función de castigos y recompensas. Que tal vez no sentimos culpa sino más bien miedo a ser castigados. 


Arriba del árbol

Aquí comienzan a aparecer algunas notas al pie. Son pequeñas aclaraciones de un comentador, alguien que nos cuenta lo que sucede con Erdosain después de este decidiera que matará a Barsut. La aparición de este narrador brinda al lector un panorama más amplio.


“Hay que ser fuerte, ésa es la única verdad. Y no tener piedad. Y aunque uno se sienta cansado, decirse: Estoy cansado ahora, estoy arrepentido ahora, pero no lo estaré mañana. Esa es la verdad. Mañana.

(…)

A pesar de todo es necesario injertar una alegría en la vida. No se puede vivir así. No hay derecho. Por encima de toda nuestra miseria es necesario que flote una alegría, qué sé yo, algo más hermoso que el feo rostro humano, que la horrible verdad humana. Tiene razón el Astrólogo. Hay que inaugurar el imperio de la Mentira, de las magníficas mentiras. ¿Adorar a alguien? ¿Hacerse un camino entre este bosque de estupidez? ¿Pero cómo?” (p.77)

Erdosain reconoce que es necesario creer en algo para olvidar las desgracias y los problemas de la vida. Tiene que existir algo que sienta esperanza, que le dé fuerzas en los momentos de aflicción. 

La idea del Astrólogo se relaciona con esto, pero busca aprovecharse de la necesidad de las personas de creer en algo. Ahí estaría la forma de controlar a las masas.


Capítulo 2

Incoherencias

Este capítulo comienza con los recuerdos de Erdosain. Logramos conocer cómo era realmente su relación con Elsa.


Ingenuidad e idiotismo

Aquí también se narra cómo era la relación entre Remo y Elsa. La falta de sexo entre ellos, los reproches.

También se muestra cómo veía Erdosain a su esposa, la relación con la pureza y esa idea de mujer frágil. Este hombre tenía un ideal romántico, algo que claramente no consigue obtener y por eso también se siente frustrado.


La casa negra

Todo este apartado se refiere al “lugar” al que llega Erdosain. No es un lugar físico sino espiritual/mental. Se describe como un hombre que ha descuidado su cuerpo. Esta mención al cuerpo hay que relacionarla con la idea de un templo, el cuerpo de toda persona es su templo y por ello debe ser cuidado. Si lo descuidamos estaremos fallándonos a nosotros mismos, es como una traición.

Esta casa negra es similar al subsuelo que plantea Dostoievski en “Memorias del subsuelo”.


La circular

“«Tenía que matarlo a Barsut». La explicación de la palabra «tenía» podría encontrarse como la característica de la locura de Erdosain. Cuando le interrogué a ese respecto, me contesto: «Tenía que matarlo, porque si no no hubiera vivido tranquilo. Matar a Barsut era una condición previa para existir, como lo es para otros el respirar aire puro».”(p.91)


De nuevo, la afirmación de la existencia. El asesinato parece ser la única chance que tiene Erdosain de saber quién es. Claramente nos marca la locura de este hombre, una locura que podría venir de la desesperación.


Trabajo de la angustia

“Si tengo la impresión de que vivo soñando. Hasta me doy cuenta de que hablo tanto para convencerme de que no estoy muerto, no por lo sucedido sino por el estado en que lo deja un hecho así. Es igual que la piel después de una quemadura. Se cura, ¿pero vio usted cómo queda?, arrugada, seca, tensa, brillante. Así le queda el alma a uno. Y el brillo que a momentos se refleja le quema los ojos. Y las arrugas que tiene le repugnan. Usted sabe que lleva en su interior un monstruo que en cualquier momento se desatará y no sabe en qué dirección.

(…)

«En realidad, el crimen no me preocupaba mucho, sino otra curiosidad: ¿de qué forma me manifestaría después del crimen? ¿Sufriría remordimientos? ¿Enloquecería, terminaría por irme a denunciar? ¿O sencillamente viviría como hasta el presente, adolorido de esa impotencia singular que le daba a todos los actos de mi vida una incoherencia que ahora usted dice son los síntomas de mi locura?

(…)

En otros momentos el terror avanzaba en Erdosain: tenía la sensación de esta engrilletado, la terrible civilización lo había metido dentro de un chaleco de fuerza del que no se podía escapar. Veíase encadenado y con el traje de rayadillo, cruzando lentamente en una columna presidiaría, entre médanos de nieve, hacía los bosques de Ushuaia. El cielo estaba arriba blanco como una chapa de estaño.” (p.95-96) 

Erdosain le cuenta lo sucedido a un hombre, el comentador. Podemos ver cómo va pasando por diferentes estados: tranquilidad, duda, miedo…son los síntomas de un hombre que por momentos parece haber perdido toda esperanza.


El secuestro

Planifican el secuestro y cómo harán para obtener el dinero sin levantar sospechas. Parece un capítulo de alguna novela policial.


Capítulo 3

El látigo

“Yo vivo exclusivamente para realizar mi idea. Vienen tiempos extraordinarios. Yo no podría explicarle todos los prodigios que van a ocurrir porque no tengo tiempo ni ganas de discutir. Vienen sin duda tiempos nuevos. ¿Quienes los conocerán? Los elegidos. El día que yo encuentre un hombre capaz de substituirme y la empresa esté encaminada, me retiraré a meditar a la montaña. En tanto, todos los que me rodean me deben absoluta obediencia. Esto debe entenderlo usted si no quiere seguir el camino del otro...
(…)

¿sabe ahora lo que nos hace falta? Es descubrir un símbolo vulgar para entusiasmar al populacho...

—Lucifer.

—No, ése es un símbolo místico... intelectual... Hay que descubrir algo grosero y estúpido... algo que entre por los sentidos de la multitud como la camisa negra... Ese diablo ha tenido talento. Descubrió que la psicología del pueblo italiano era una psicología de barbero y tenor de opereta.” (p.105-106)

El Astrólogo deja muy claro cuál es su posición: el líder. Y de un modo poco sutil le advierte a Erdosain que si no cumple con lo que se le ordena terminará muerto al igual que Barsut. De a poco vamos descubriendo que el Astrólogo oculta muchas cosas, muestra cierta imagen para resultar inofensivo y ganarse la confianza de otros. Pero en realidad, es alguien que puede ser peligroso.


Discurso del Astrólogo

Su discurso toma como base la frase que Barsut tenía escrita en una libreta: «El dinero convierte al hombre en un dios. Luego Ford, es un dios. Si es un dios puede destruir la luna». 

Plantea que quienes tienen el control de las industrias pueden dominar el mundo. Se podría relacionar con lo que sucede en “Un mundo feliz”, donde la sociedad considera que Henry Ford en un dios. La industria, el avance científico serían los nuevos dioses que la humanidad reverenciará. O también podría ser a quién temer…


La felicidad de la humanidad sólo puede apoyarse en la mentira metafísica... Privándole de esa mentira recae en las ilusiones de carácter económico..., y entonces me acordé que los únicos que podían devolverle a la humanidad el paraíso perdido eran los dioses de carne y hueso: Rockefeller, Morgan, Ford... y concebí un proyecto que puede aparecer fantástico a una mente mediocre... Vi que el callejón sin salida de la realidad social tenía una única salida... y era volver para atrás.” 

(…)

Pero he aquí mi idea: esa sociedad se compondrá de dos castas, en las que habrá un intervalo... mejor dicho, una diferencia intelectual de treinta siglos. La mayoría vivirá mantenida escrupulosamente en la más absoluta ignorancia, circundada de milagros apócrifos, y por lo tanto mucho más interesantes que los milagros históricos, y la minoría será la depositaría absoluta de la ciencia y del poder. De esa forma queda garantizada la felicidad de la mayoría, pues el hombre de esta casta tendrá relación con el mundo divino, en el cual hoy no cree. La minoría administrará los placeres y los milagros para el rebaño, y la edad de oro, edad en la que los ángeles merodeaban por los

caminos del crepúsculo y los dioses se dejaron ver en los claros de luna, será un

hecho.

(…)

Y la desproporción monstruosa que usted advierte en mi sociedad existe actualmente en nuestra sociedad, pero a la inversa. Nuestros conocimientos, quiero decir nuestras mentiras metafísicas, están en pañales, mientras que nuestra ciencia es un gigante... y el hombre, criatura doliente, soporta en él este desequilibrio espantoso... De un lado lo sabe todo... del otro lo ignora todo. En mi sociedad la mentira metafísica, el conocimiento práctico de un dios maravilloso será el fin..., el todo que rellenará la ciencia de las cosas, inútil para la felicidad interior, será en nuestras manos un medio de dominio, nada más. Y no discutamos esto, porque es superfluo. Se ha inventado casi todo pero no ha inventado el hombre una máxima de gobierno que supere a los principios de un Cristo, un Buda. No. Naturalmente, no le discutiré el derecho al escepticismo, pero el escepticismo es un lujo de minoría... Al resto le serviremos la felicidad bien cocinada y la humanidad engullirá gozosamente la divina bazofia.” (p.110-111)

El Astrólogo explica cómo funcionará la sociedad bajo su mando. Deja claro que las personas pueden ser fácilmente manipulables. Utilizaría a su favor la necesidad de creer en algo que brinde esperanzas. 


Después sostiene que el industrialismo será el principio base de la sociedad. Que se dirigirán con mayor esfuerzo a la juventud, la cual tiende a ser más estúpida y entusiasta. Se les prometerá todo y la humanidad adorará a un dios inventado. 

El engaño será la principal herramienta. Prometerán dinero y felicidad pero solo brindarán trabajo forzado. También dice que utilizarán los medios de comunicación para propagar sus mentiras, una clara referencia al poder que maneja este sector a la hora de formar la opinión pública.

El Astrólogo dice que quiere ser el líder de los genios apócrifos, de los desequilibrados, de los fanáticos…sabe que este tipo de personas son fáciles de manejar y que pueden hacer todo tipo de cosas si están convencidos de que luchan por un ‘gran fin’. En parte, sirve para recordar cómo a lo largo de la historia se han realizado actos perversos bajo la orden de un líder carismático.


La farsa

Aparecen nuevos personajes: El Buscador de Oro y el Mayor. 


“Nuestro ejército está minado de oficiales descontentos. No vale la pena de enumerar los motivos, ni a ustedes les interesarán. Las ideas de «dictadura» y los acontecimientos políticos militares de estos últimos tiempos, me refiero a España y a Chile, han hecho pensar en muchos de mis camaradas que nuestro país podría ser también terreno próspero para una dictadura.

(…)

Desde ya puedo anticiparles que son más numerosos de lo que ustedes creen los oficiales desengañados de las teorías democráticas, incluso el parlamento. No me interrumpa, señor. El noventa por ciento de los diputados de nuestro país son inferiores en cultura a un teniente primero de nuestro ejército. Un político que ha sido acusado de haber intervenido en el asesinato de un gobernador ha dicho con mucho acierto: «Para gobernar un pueblo no se necesitan más aptitudes que las de un capataz de estancia».

(…)

El ejército es un estado superior dentro de una sociedad inferior, ya que nosotros somos la fuerza específica del país. Y sin embargo, estamos sometidos a las resoluciones del gobierno... ¿y el gobierno quién lo constituye?... el poder legislativo y el ejecutivo... es decir, hombres elegidos por partidos políticos informes... ¡y qué representantes, señores! Ustedes saben mejor que yo que para ser diputado hay que haber tenido una carrera de mentiras, comenzado como vago de comité, transando y haciendo vida común con perdularios de todas las calañas, en fin, una vida al margen del código y de la verdad. No sé si esto ocurre en países más civilizados que los nuestros, pero aquí es así. En nuestra cámara de diputados y de senadores, hay sujetos acusados de usura y homicidio, bandidos vendidos a empresas extranjeras, individuos de una ignorancia tan crasa, que el parlamentarismo resulta aquí la comedia más grotesca que haya podido envilecer a un país. Las elecciones presidenciales se hacen con capitales norteamericanos, previa promesa de otorgar concesiones a una empresa interesada en explotar nuestras riquezas nacionales. No exagero cuando digo que la lucha de los partidos políticos en nuestra patria no es nada más que una riña entre comerciantes que quieren vender el país al mejor postor.” (p.122-123)

El personaje del Mayor sirve para representar al sector del país que no aprobada al gobierno de esa época. En la novela aparece una nota al pie que dice: “Esta novela fue escrita en los años 28 y 29 y editada por la editorial Rosso en el mes de octubre de 1929. Sería irrisorio entonces creer que las manifestaciones del Mayor han sido sugeridas por el movimiento revolucionario del 6 de setiembre de 1930. Indudablemente, resulta curioso que las declaraciones de los revolucionarios del 6 de setiembre coincidan con tanta exactitud con aquellas que hace el Mayor y cuyo desarrollo confirman numerosos sucesos acaecidos después del 6 de setiembre.”

Lo que aquí queda muy claro es que Arlt supo transmitir el descontento de la época y los rumores que circulaban sobre un posible golpe de estado. 


También se menciona que sería factible la intervención del ejército, que podría ser la primera acción de la sociedad secreta. Y dicen que crearán en el país la inquietud revolucionaria:

“un desasosiego colectivo que no se atreve a manifestar sus deseos, todos se sienten alterados, enardecidos, los periódicos fomentan la tormenta y la policía le ayuda deteniendo a inocentes, que por los sufrimientos padecidos se convierten en revolucionarios; todas las mañanas las gentes se despiertan ansiosas de novedades, esperando un atentado más feroz que el anterior y que justifique sus presunciones; las injusticias policiales enardecen los ánimos de los que no las sufrieron, no falta un exaltado que descarga su revólver en el pecho de un polizonte, las organizaciones obreras se revuelven y decretan huelgas, y las palabras revolución y bolcheviquismo infiltran en todas partes el espanto y la esperanza.” (p.124)

Por otro lado, resulta interesante el modo en que describe a la clase política. Quizás no es algo tan alejado de la realidad…


El buscador de oro

“En eso estriba lo grande de la teoría del Astrólogo: los hombres se sacuden sólo con mentiras. Él le da a lo falso la consistencia de lo cierto; gentes que no hubieran caminando jamás para alcanzar nada, tipos deshechos por todas las desilusiones, resucitan en la virtud de sus mentiras. ¿Quiere usted, acaso, algo más grande? Fíjese que en la realidad ocurre lo mismo y nadie lo condena. Sí, todas las cosas son apariencias... dése cuenta... no hay hombre que no admita las pequeñas y estúpidas mentiras que rigen el funcionamiento de nuestra sociedad. ¿Cuál es el pecado del Astrólogo? Substituir una mentira insignificante por una mentira elocuente, enorme, trascendental. El Astrólogo, con sus falsedades, no parece un hombre extraordinario, y no lo es... y lo es; lo es... porque no saca provecho personal de sus mentiras, y no lo es porque él no hace otra cosa que aplicar un principio viejo puesto en uso por todos los estafadores y reorganizadores de la humanidad.” (p.133)

 Se explican los motivos por los cuales la idea del Astrólogo tendría éxito. No es algo nuevo, ya otros han hecho lo mismo. Usar una mentira como verdad, controlar a las mesas con falsas promesas…algo que en la actualidad también es posible ver.


La coja

Aparece la coja, la mujer de Ergueta. Descubrimos que el farmacéutico era un mentiroso y que ahora está en un manicomio por sus delirios místicos.


En la caverna

Erdosain recuerda una conversación con Ergueta y reflexiona sobre las diferencias entre lo que el farmacéutico le dijo y lo que era en realidad. Remo había creado una imagen de Hipólita en base a lo que Ergueta le había dicho, pero esta no se asemejaba en nada. 

Se menciona la mentira y el proceso en el que se descubre la verdad oculta.


Los Espila

Esta familia sirve para mostrar que en algún punto Erdosain y el Astrólogo son similares. Ambos saben ‘hablar bonito’ y logran que las personas les crean. Remo intenta brindarles esperanza, quiere que crean que es posible un futuro mejor; es lo mismo que pretende hacer el Astrólogo solo que a mayor escala. 

Lo que genera un poco de desconcierto es que Erdosain no utilice esta habilidad en otras situaciones, podríamos preguntarnos por qué decide ser humillado constantemente en lugar de persuadir a quienes lo rodean. Tal vez, solo puede actuar así frente a los que considera inferiores.


Dos almas

Erdosain logra una conexión con Hipólita. Se ven en el otro, ambos han pasado por situaciones de profundo dolor y la angustia los consume diariamente. Se confiesan, comparten sus temores y fragmentos de sus vidas. Es como si por un breve momento sus espíritus lograran por fin ser comprendidos.

Otra cosa que tienen en común es que buscan ser necesitados o por lo menos que se les reconozca que han hecho una buena acción. Se señala que muchas veces las personas ayudan a otros por motivos egoístas, algo frecuente en una sociedad que tiende a ser apática.


La vida interior

Un episodio en el que Hipólita tiene un sueño similar a los de Erdosain. Sueña con ser parte de la clase acomodada, donde es admirada y apreciada. 

Esto demuestra cuáles son los puntos en común de algunos personajes.


Un crimen

Hipólita y Erdosain continúan con sus confesiones. Parece que es la primera vez que logran ese tipo de intimidad, pero gracias a la nota del comentador sabemos que la mujer solo está fingiendo. 

Este elemento que agrega Arlt en la narración le permite al lector sentirse dentro de la historia, simula que le están contando un secreto. 


Sensaciones de lo subconsciente

Monólogo interior del Astrólogo. Al igual que Erdosain, siente un desdoblamiento de su persona. Aquí podríamos pensar en el cuento "William Wilson" de Edgar Allan Poe, el cual plantea la existencia de un doble que nos acecha; algo que también está presente en la obra de Dostoievski.

Otra cuestión que se menciona es el tiempo y cómo lo percibimos.

Se muestra al Astrólogo como un gran titiritero que maneja a gusto a los demás. Su gran preocupación es lograr transmitir en cada conciencia el entusiasmo revolucionario que hay en la suya. 

Se ve a sí mismo como un conquistador; podría ser el hombre que Hipólita busca con ansias…


"Sólo sembrando el terror nos respetarán. El hombre es así de cobarde." (p.191)


La revelación

Otro episodio donde la locura tiene lugar. Ergueta cree ver a Jesús y se siente portador de la voz de Dios.

El evento que se describe parece ser una experiencia extracorporal, el farmacéutico sale de su cuerpo y se eleva...pero en definitiva solo es un desmayo y una alucinación.


El suicida

Erdosain pasa de la angustia a un estado de felicidad, siente que todo es posible. Se imagina como un líder respetado que dirige a muchos hombres gracias a uno de sus inventos: el Rayo de la Muerte.


"Se perdería para siempre el recuerdo de toda ciencia, de todo arte y belleza. Una aristocracia de cínicos, bandoleros sobresaturados de civilización y escepticismo, se adueñaba del poder, con él a la cabeza. Y como el hombre para ser feliz necesita apoyar sus esperanzas en una mentira metafísica, ellos robustecerían el clero, instaurarían una inquisición para cercenar toda herejía que socavara los cimientos del dogma o la unidad de creencia que sería la absoluta unidad de la felicidad humana, y el hombre restituido al primitivo estado de sociedad, se dedicaría como en tiempos de los faraones a las tareas agrícolas. La mentira metafísica devolvería al hombre la

dicha que el conocimiento le había secado en brote dentro del corazón. Sus palabras caían con sonidos cortos y secos, como los choques de cubos de acero.

(...)

Seremos como dioses. Donaremos a los hombres milagros estupendos, deliciosas bellezas, divinas mentiras, les regalaremos la convicción de un futuro tan extraordinario, que todas las promesas de los sacerdotes serán pálidas frente a la realidad del prodigio apócrifo. Y entonces, ellos serán felices... ¿Comprenden, imbéciles?" (p. 204-205)

Erdosain desea poder, quiero conquistar y dominar a los hombres. Siente que ahora sí es posible concretar la idea del Astrólogo y que él cumplirá un papel importante. Parece que la mentira al final tuvo efecto...


El guiño

"Muchos llevamos un superhombre adentro. El superhombre es la voluntad en su máximo rendimiento, sobreponiéndose a todas las normas morales y ejecutando los actos más terribles, como un género de alegría ingenua... algo así como el inocente juego de la crueldad." (p. 206)


Aquí, al igual que en capítulos anteriores, se menciona la idea del superhombre de Nietzsche. De acuerdo al filósofo, este individuo sería capaz de crear y establecer su propio sistema de valores. Se liberaría de las tradiciones morales impuestas por el cristianismo, y definiría lo que es bueno y malo según su percepción.

Las características del superhombre según Nietzsche son:

-Poder sobre sí mismo.

-Crítico de los valores sobre los cuales piensa regir su vida.

-Capacidad de expresar su propia voluntad.

-Transformación constante.

-Creativo, auténtico y corajoso.

-Debe olvidar los valores morales impuestos.


El guiño al que hace referencia el título es el que relaciona a Barsut con el Astrólogo. A último momento, cuando todo parecía ir de acuerdo a lo que el Astrólogo había dicho, las cosas cambian: el asesinato es una farsa, Erdosain es engañado.

El final presenta otra historia, una historia dentro de la historia como una mamushka. Solo sabemos que hay una continuación (Los lanzallamas) y que en esa segunda parte es posible que se revelen más secretos.

 

Comentario que escribió Roberto Arlt sobre esta novela


Me escribe un lector:

Estimado señor: Me he enterado de que ha salido una novela suya llamada Los siete locos. Como dispongo de poco dinero para invertir en libros, le agradecería me diera algunos datos respecto a ella, para saber si vale o no la pena de gastarse el tiempo y unos pesos en su lectura.


Dudé un momento. Luego me dije que, habiendo hablado de tantas obras ajenas, bien tenía el derecho de explicar cómo era lo mío. Además, si hay gente que se conforma con conocer el argumento de una novela, sin tomarse el trabajo de leerla, ni gastar unos centavos en adquirirla, les regalaré a mis lectores ese argumento, que va franco de porte.


Hombres de esta ciudad

El plazo de acción de mi novela es reducido. Abarca tres días con sus tres noches; se mueven, aproximadamente, veinte personajes. De estos veinte personajes, siete son centrales, es decir, constituyen el eje del relato. Siete ejes, mejor dicho, que culminan en un protagonista. Erdosain, verdadero nudo de la novela.

Estos individuos, canallas y tristes, simultáneamente; viles soñadores simultáneamente, están atados o ligados entre sí, por la desesperación. La desesperación en ellos está originada, más que por la pobreza material, por otro factor: la desorientación que, después de la gran guerra, ha revolucionado la conciencia de los hombres, dejándolos vacíos de ideales y esperanzas.

Hombres y mujeres en la novela rechazan el presente y la civilización, y tal cual está organizada. Odian esta civilización. Quisieran creer en algo, arrodillarse ante algo, amar algo; pero, para ellos, ese don de fe, la «gracia» como dicen los católicos, les está negada. Aunque quieren creer, no pueden. Como se ve, la angustia de estos hombres nace de su esterilidad interior. Son individuos y mujeres de esta ciudad, a quienes yo he conocido.


El argumento

El argumento es simple. Uno de los personajes, llamado el Astrólogo, quiere organizar una sociedad secreta para revolucionar y quebrantar el presente estado de cosas. Para llevar a cabo su proyecto necesita dinero. En estas circunstancias, Erdosain le ofrece el medio de adquirirlo. Se trata de secuestrar a un pariente que lo ha abofeteado.

Lo narrado abarca la primera jornada de la novela. En la segunda jornada se lleva a cabo el secuestro del personaje, y la tercera parte, o la última noche y su día abarcan la vida interior del personaje antes de cometer el crimen, o de permitir que se cometa.


Tres aspectos

En sí, la novela ofrece tres aspectos. Uno psicológico, otro policial y otro de fantasía.

La organización de la sociedad secreta, aunque parezca un absurdo, no lo es. Hace quince días, telegramas publicados en distintos diarios, dieron noticias de la detención en Estados Unidos de los miembros de una sociedad secreta que se llamaba «La orden del gran sello». Los propósitos de los sujetos afiliados a esta sociedad, eran idénticos a los que se atribuyen a los personajes de mi novela. Es decir, que no he hecho nada más que reproducir un estado de anarquismo misterioso latente en el seno de todo desorientado y locoide. El aspecto policial y judicial de la novela, o set; el secuestro, después de estudiarlo, lo consulté con un profesional del delito. Este, luego de escuchar mis explicaciones, me preguntó, y observen aquí qué curiosa la pregunta del sujeto:

-Los autores del delito, ¿son profesionales o principiantes?

-Principiantes.

-Está muy bien. Si fueran profesionales estaría mal -y acto seguido entró en la explicación técnica de por qué siendo principiantes estaban bien, y no siéndolos, estaba mal.


Vida interior

Para mí no ofrecen absolutamente ningún interés las acciones de un delincuente, si estas acciones no van acompañadas de una vida interior dislocada, intensa, angustiosa. Creo que todo principiante en el mal, si tiene un poco de inteligencia, debe pasar momentos atroces.

Hombres y mujeres, en el curso de la historia citada, viven el horror de su situación. De allí la extensión de la novela: trescientas cincuenta páginas. Sacando cien páginas de acción, el resto del libro no hace nada más que detallar lo que piensan estos anormales, lo que sienten, lo que sufren, lo que sueñan. Todos ellos saben perfectamente que la felicidad les está negada; pero, como bestias encadenadas, se revuelven contra esta fatalidad: quieren ser felices, y como el bien les ha cerrado las puertas, piensan monstruosidades que los llenan de remordimientos, de más necesidades de cometer delitos para ahogar el grito de sus conciencias malditas.

Decía un gran novelista ruso, Dostoyevski: «cada hombre lleva en su interior un verdugo de sí mismo». He tratado de que esta realidad sea visible en la acción de los personajes del libro, pues lo es en la vida de los hombres de este siglo.


Ni locos ni cuerdos

En síntesis: estos demonios no son ni locos ni cuerdos. Se mueven como fantasmas en un mundo de tinieblas y problemas morales y crueles. Si fueran menos cobardes se suicidarían; si tuvieran un poco más de carácter, serían santos. En verdad, buscan la luz. Pero la buscan completamente sumergidos en el barro. Y ensucian lo que tocan.

A mí, como autor, estos individuos no me son simpáticos. Pero los he tratado. Y todo autor es esclavo durante un momento de sus personajes, porque ellos llevaban en sí verdades atroces que merecían ser conocidas.

En definitiva: en esta obra no hay ningún casamiento, ni baile, ni declaración de amor. Al sexo femenino no le puede interesar.


Miércoles 27 de noviembre de 1929



Bibliografía

  • Arlt, R. (2001). Los siete locos. Losada: Barcelona


(1)Fue un agrupamiento informal de artistas de vanguardia de la Argentina durante la década de 1920. Tradicionalmente, la historiografía cultural Argentina lo opuso al grupo Florida. Recibieron ese nombre porque uno de sus puntos de confluencia era la editorial Claridad, ubicada en calle Boedo, 837, por entonces eje de uno de los barrios obreros de Buenos Aires. El grupo se caracterizó por su temática social y su deseo de vincularse con los sectores populares y en especial con el movimiento obrero.

Durante mucho tiempo se trató de vincular a este grupo, como su figura más importante, a Roberto Arlt. Lo cierto es que él nunca se identificó plenamente con ninguno de los dos lados. Si bien poseía una mayor afinidad estética e ideológica en su obra con los de Boedo, es verdad que Castelnuovo le rechazó la publicación de su primera novela "El Juguete Rabioso", pudiéndola publicar gracias a la atención y generosidad de Ricardo Güiraldes, puntal de los de Florida.

(2)Conjunto de artículos literarios escritos por Roberto Arlt y publicados periódicamente entre 1928 y 1933 en la prensa de Buenos Aires. El objetivo era el análisis y comentario de los cambios que iba sufriendo Buenos Aires. Constantemente ponía en cuestión la idea de progreso con un componente existencialista.

(3) El realismo literario es una corriente que se desarrolla en Europa en la segunda mitad del siglo XIX. Se caracteriza por hacer una observación y descripción fidedigna de la realidad; realizar una crítica social y política; utilizar una estructura lineal y cronológica de los hechos; uso del narrador omnisciente y monólogo interior.

(4)El naturalismo es una corriente literaria, artística y filosófica que tiene lugar a finales del siglo XIX. Las obras literarias dentro de esta corriente se caracterizan por retratar las calamidades del individuo y mostrar la miseria humana; las clases marginales son el foco y se intenta explicar de dónde provienen los problemas sociales.

(5)Mujer de la vida, de mala vida, de mal vivir, de vida airada, de vida alegre, prostituta.


(6)Hombre que vive de lo que ganan las prostitutas que él protege o controla.


(7)Se llamaba así a las prostitutas callejeras que eran obligadas a buscar clientes.


(8)“todavía con mi culo puedo apoyar a un hombre”



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